Destellos de ése día.

Mis huesos han amanecido con frío y mis oídos en un silencio distante. Mis ojos  parecen cargados aún de sueño. El tiempo pasa como pequeñas gotas.

Mi respiración es suave y lentamente parece estar de acuerdo con lo que pasa en la mañana.

Escucho un suave serpenteo, es el  viento atravesando lo que encuentra a su paso.

La puerta aún se encuentra cerrada, trato de pensar en lo que está esperando al otro lado en aquella extraña mañana.

Pasando el umbral, la gente parece distante, más de lo usual, sus miradas parecen dar por certeza de alguna plática en la que yo no he sido parte.

Paso ese día, estoy sentado en el mismo lugar, me pregunto, ¿qué es lo que hace diferente cada día?, y al pensar me doy cuenta que ninguno es igual a otro, cada uno trae sus propios retos, las risas aunque parezcan las mismas son por diferentes causas, sí, las emociones son diferentes con relación a las circunstancias. A la verdad esté fue un gran día.


Entradas populares