Pequeños mundos.

Grandes anhelos en un corazón confiado, que ha decidido dejar la desconfianza, la duda y el rencor, donde no hay más limites ni barreras  las que en momentos de desilusión pintaste con el color vivo de tus lágrimas, las claras advertencias por si algun visitante se acercara con osada curiosidad del por qué la existencia de aquella barrera.

De pequeño el absurdo anhelo de ser adulto, como si el pequeño mundo se ensancharia en un apasionante día a día.

Y con el pasar de los años en pequeños recuerdos punzantes en la conciencia recordando la plena libertad en infante inocencia.

Pequeños mundos formados de rostros inmaculados, pero de corazones resquebrajados.

Encuentrar la libertad, quitando las fronteras que fueron construidas por desilusiones, que  como un mal maestro nos enseñó a desconfiar de lo que está al otro lado de la barrera.



Entradas populares