Desbordados

Como un desborde de locura el alma se desangra con el latido agitado del corazón.

Podrían ser los recuerdos que hacen desbordar el alma, pero los ojos y el silencio que acompaña, alza en admiración al que le contempla.

Podría ser la negación a lo censurado de la vida, la que como un sello clausura los labios de aquella triste mirada. 

Pero es el brillo de sus ojos que  delatan, que como  alas alzadas al viento abre paso a su real existencia.

Desborda cada mañana el deseo fiel de continuar en un camino, el cual te hace fijar la mirada en un afable destino.

Que las palabras oscuras no nublen el brillo de tu rostro de la mañana. 




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