Por los que aún siguen adelante

En un viaje con un rumbo, pero aún no se hasta donde puedo llegar, tratar de ver pasar el paisaje como es de costumbre en buen un viaje.

No como aquel donde fui en el pequeño asiento trasero, en donde el que había decidido oscurecer su alma manejaba hacia donde el destino que había forjado me llevaba a ese lugar oscuro. 

Aquéllas gradas de hierro frío, aunque tenía mis zapatos blancos podía sentir en mis pies el frío de cada escalón. Justo en el tercer escalón una filosa navaja, podría ser una salida o una bien planeada trampa.

Salir de ese rumbo, donde las hienas veían la velocidad de mis pasos, que no fuera más veloz tal que no pudieran darme alcance.

Un viaje con un seguro rumbo, la vida es dura como un alto muro, pero ya no soy de los que saltan muros, ya que conocí el camino verdadero. 


 

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