El niño con sueños.

Después de un tiempo no muy largo de  vicios y placeres, de esos que cuando te das cuenta, te lamentas de los achaques del alma y casi ahogado en una sobredosis de egoísmo. 

Sentir que unas manos  quitan un velo que tanto tiempo ha sido una muralla está al fin perdió la batalla ante la luz que por tiempos anheló alumbrar mi rostro.

Caminando por las calles agrietadas del pueblo que me ha adoptado, no se si como un hijo deseado, pero trato de ser parte del entretejido de  sueños vivos, que rostros a veces grises en sus corazones atesoran.

Historias turbias que han casi borrado el brillo de los ojos de los más jóvenes, parecen que esperan una lluvia para que refresque su alma.

Una joven pasa frente a mi, que su caminar fue la que sugirió este texto, mientras trato de corregir el destino de mis líneas y que mis letras cobren sentido. Me llama la atención la silueta de la adolescente que parece caminar con sueños que fueron frustrados por el desenfreno egoísta disfrazado de amor, fundida con un pequeño en sus brazos que parece que no a podido disfrutar el sueño.

Un hombre de un gesto rústico parece apurar a la desorientada joven que rápidamente sube a la moto el hombre de una complexión rústica y con unos ojos lascivos,  parece triplicar la edad. 

_Es su hija y su nieto_ sugerí a mi conciencia. Pero los ojos del hombre y el caminar de aquella joven, advertían una amarga realidad. Solo fijé mi mirada al suelo y con un solo pensamiento de esperanza para aquel niño aferrado a los brazos de su madre.