VOLVIERON A BROTAR.

Como retoños de coloridas flores, irrumpen la extensa tierra árida, que la ceniza cubría como un manto.

Las sonrisas y los gritos de alegría dan vida a las pequeñas calles y pintorescas plazas. El silencio, la tristeza y el temor ya no es en esta tierra que se va llenando de esperanza.

Aunque estoy ausente en esa hermosa tierra, al ver los rostros en las imágenes, el brillo en sus ojos me advirte de un nuevo cielo que impulsa un suave rocio y hace fértil las laderas y los peculiares cerros que bordean los pueblos.


Sí, un nuevo brote de esperanza.


 

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