EN EL PRADO.

El anhelo y los sueños creados por el amor permanecen para siempre, aún cuando solo son parte de nuestros pensamientos se aferran al corazón como raíces de bálsamo. 

Es como la buena semilla plantada en el más hermoso prado, el cual está cuidado por un virtuoso y amoroso pastor. No hay anhelo y sueño que en este prado no florezca.

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