FRENTE A UNA VENTANA.

En tu apacible amanecer despertó mi alma, y con una sed diferente fue fasinada. 

Desde una densa oscuridad atravesó tu luz, iluminando majestuosamente esta oscura habitación, llenaste de verdad cada día, mostrándome que estás sobre cualquier adversidad. 

Para permanecer ante ti, en una cálida espera, en donde inexplicablemente mi corazón está confiado.

Cada día me encaminas a través de un buen camino, en el cual estaré siempre confiado que eres tú. Sí, ese eres tú. Y me mostrarás la Luz de tu Salvación.


Entradas populares