Siempre en el mismo error.

Cuántas veces nos frustramos por continuar cometiendo la misma acción que nos esclaviza, llámala mentir, robar, pornografía, fornicación, adulterio, cocaína, marihuana, homosexualidad, en fin pon el nombre que quieras esto siempre te hacen tener la estima de esclavo. Pero ¿Cómo rompemos con esto?.

¿Qué es la concupiscencia? es el deseo que el alma siente por lo que le produce satisfacción, "deseo desmedido". Sí, ese deseo que te hace pensar que necesitas hacer eso que te dará tranquilidad o satisfacción, pero honestamente sabemos que no es cierto.

Muchos en la actualidad al no saber tratar las situaciones señalan a este problema como un transforno de dopamina, o otro tipos de transtorno. Ese deseo desmedido no es ajeno a nuestro interior. Y existe un "Iter criminis" antes de caer en ello, realmente al complacer ese deseo suceden dos cosas, una falsa gratificación, plenitud, y luego una llana soledad y culpa. "Sí no llegas a la segunda estás fregado". Y sólo las amargas y degastantes consecuencias te harán reflexionar. Te lo dice alguien que ha estado en las últimas instancias de este tipo de consecuencias.

Pero ¿Cómo resuelvo ese deseo desmedido?  ¿Cómo me quito las ganas de?.

-Primero se honesto contigo, parece que es el camino de los adictos en rehabilitación, pero es diferente.

-Reconocer que tú eres el problema, no culpar a nadie ni circunstancias,  

- Arrepentimiento, reajustar el camino a Dios, y crecer en tu relación, él te guiará en las siguientes desiciones.

-Buscar a alguien "maduro", a quien creas que le interese,  y te anime a que salgas de eso. Sí estás con tus padres a uno ellos, sí estás casado a tu esposa o esposo, puedes buscar a un cristiano maduro.

- Enfócate en las cosas que haces, sí estás estudiando has pequeñas mejoras en tus hábitos de estudio, si trabajas, trata de mejorar tu sistema o forma de trabajo.

- Crea una disciplina sana de vida.

En dice Santiago 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. 

Pero no creas que es algo mágico, esto incluye fuerza de voluntad. Sí te toca correr como lo hizo José en Egipto, no importa, corre por tu libertad.

Recuerda un día a la vez, en Dios. 







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